En 1976, un grupo de bodegueros buscaban una solución de transporte para la uva dentro de la bodega, que no la rompiera como los artefactos de entonces. Industrias Sanz fabricó una cinta de chapa inoxidable y banda de pvc que no dañaba la uva y que recogía también el mosto producido en el campo durante el trayecto. La máquina tuvo un gran éxito, y pronto se extendió en muchas factorías. Con ello, la empresa se introdujo en el sector de la maquinaria para bodegas, en el que sigue actualmente.